Por Fabián Reato
Sólo a Enrique Pereira podía ocurrírsele encarar una obra de tal magnitud. Semejante investigación monumental debía ser llevada a cabo por un apasionado sin límites, un fervoroso, un desmesurado.
Pereira, el radical, el perenne curioso, el buceador del tiempo, el polifacético interesado, el autodidacta, fue el indicado para afrontar la empresa de reunir y recopilar los datos de militantes y dirigentes radicales destacados y ordenarlos según el alfabeto. Por eso sería un diccionario, y el único criterio de discriminación fue que los que allí figurasen debían estar muertos. Pereira ya merece estar en ese diccionario porque dejó de estar físicamente entre nosotros. Pero su obra continúa y vio la luz en un libro que será presentado el sábado, a las 18.50, en la Biblioteca Popular del Paraná. La publicación estuvo a cargo del Instituto Moisés Lebensohn y en el acto estará presente su presidente, Hernán Rossi. Recortes La idea y la tarea comenzaron hace mucho. Luz Buscema, esposa y compañera de Enrique de toda la vida, recuerda que más o menos en 1975 comenzó a recopilar la información, a apilar diarios y recortes periodísticos que durante la dictadura tuvieron que esconderlos debajo de la cama. “Eran diarios La Nación, La Prensa o El Diario. Recortábamos las necrológicas y los obituarios para obtener datos. Luego, Enrique ubicaba a sus familiares a través del teléfono o el correo. Por entonces, no había Internet”, relata Luz y rescata esos recuerdos que vienen de lejos, de tiempos difíciles. También, se retrotrae a cuando Enrique fue despedido de su empleo por el gobierno dictatorial que lo consideraba peligroso. “Arturo Etchevehere (por entonces director de El Diario) lo llamó para trabajar. Poco tiempo después, a El Diario le otorgaron un premio que se iba a entregar en el Club Social, con la presencia de todas las autoridades militares. Don Arturo nos mandó a Enrique y a mí a recibirlo en representación de El Diario. Fue un gran gesto”, aportó después, como para dar otro dato sobre la vida de su esposo. Ese vínculo con esta Hoja continuó hasta sus últimos días, como constante colaborador o bien, fuente segura sobre alguna información del pasado. Durante los oscuros días de represión y persecución, Pereira siguió con su afán recopilador de biografías radicales. Recortando artículos periodísticos, tomando contacto con parientes de dirigentes de otras provincias, preguntando, indagando, leyendo, sostenido por el inmenso apoyo de su familia. “Fue un trabajo muy artesanal, con los medios que teníamos en esa época”, comentó y el diccionario fue creciendo, con nombres de ilustres y desconocidos que habían pasado por la vida dejando alguna huella en la Unión Cívica Radical, la fuerza política que había encarnado en su ser con la fuerza de una religión laica. Actualmente, el Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical reúne a más de 1.800 nombres y, el libro incluye también, obviamente, una biografía de Enrique Pereira que fue escrita por su propia familia. “Corregimos mucho –dijo Buscema, refiriéndose a ella y sus dos hijos- Compilamos y agregamos algunas biografías que él tenía en borradores”. On Line Cuando llegó la era de Internet el trabajo se dinamizó mucho. No sólo que el autor tuvo una vía rápida y eficaz para comunicarse con radicales de todo el país y el mundo, que le aportaban datos sino que también le permitió la creación de un blog donde publicar su trabajo. “Le enviaban muchos datos y también le escribían pidiéndole información”, destacó y agregó que ya están previstas presentaciones en otros puntos de la Argentina, en Ushuaia o Catamarca, Mendoza o Jujuy. “Yo le insistía a Enrique que tenía que publicarlo en un libro. Él se demoraba porque decía que faltaba gente y yo le respondía que siempre iba a seguir creciendo la lista, porque claro que seguiría muriéndose gente. Pero después se puede completar con otro volumen”, indicó y de esa manera adelantó que su familia continuará con ese trabajo, que excede generosamente el interés de afiliados y simpatizantes de la UCR porque también es materia de consulta de estudiantes e historiadores. Ese es uno de los motivos por los cuales la presentación se realiza en la Biblioteca Popular y no en un local partidario. Fuente: El Diario Autor: Fabián Reato
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