Recordamos a Moninga a través de la publicación de la reseña biográfica publicada en el Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical de Enrique Pereira, de la nota necrólogica que a su muerte publicó el Diario La Calle de Concepción del Uruguay, y las palabras que a modo de despedida pronunciara el entonces Presidente del Comité Departamental de la UCR del Departamento Uruguay, José Antonio Artusi.
RODRIGUEZ ARTUSI, JOSÉ LUIS (1926 -2002)
Militante entrerriano, nació en Concepción del Uruguay el 6 de Junio de 1926 y falleció en la misma ciudad el 30 de Agosto de 2002. Hijo del Dr. Luis María Rodríguez, de dilatada trayectoria en la UCR, Rodríguez Artusi, desde su juventud integró con apasionada continuidad las filas radicales. Fue varias veces Presidente del Comité Departamental de Uruguay, concejal en Concepción del Uruguay (1963/1966), presidentel del bloque radical, vicepresidente del Comité Provincial, delegado a la Convención Nacional y al Comité Naiconal, candidato a vicegobernador en 1973 (en fórmula encabezada por César Luis Corte), precandidato a vicegobernador (1987), diputado nacional (1983/87), congresal provincial, etc. Internamente militó en los cuadros dirigentes del yrigoyenismo y posteriormente en Línea Nacional, afín a Ricardo Balbín. En su actividad privada fue un conocido empresario, abarcando su quehacer diversos rubros. Fue también cabeza de una familia de la que surgieron consecuentes figuras partidarias. Su gran firmeza de carácter acarreó no pocos problemas en los momentos de duros enfrentamientos con el temprano peronismo. "Moninga" Rodríguez Artusi fue un hombre generoso y cordial.
Fuente: Pereira, Enrique. Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical, Ediciones IML, Buenos Aires, 2012.
PALABRAS PRONUNCIADAS AL DESPEDIR SUS RESTOS POR EL PRESIDENTE DEL COMITÉ DEPARTAMENTAL DE LA UCR DEL DEPARTAMENTO URUGUAY, JOSÉ ANTONIO ARTUSI:
En nombre del Comité Departamental de la Unión Cívica Radical me toca la penosa y difícil tarea de despedir a Moninga, un correligionario que integró y presidió este Comité y tantos otros puestos de lucha en este su querido centenario partido. Penosa por que quienes tuvimos la suerte de conocerlo vamos a extrañarlo. No será fácil, será casi imposible acostumbrarnos a militar sin Moninga. Vamos a extrañar su voz y sus anécdotas. Al igual que su gran amigo Ricardo Balbín, Moninga no escribió un libro; pero podríamos decir que lo habló. Y lo hizo, más que en discursos ampulosos, en infinidad de charlas sencillas y sinceras con sus amigos, con sus correligionarios, y con sus adversarios. Quienes tuvimos alguna vez la oportunidad de ser sus interlocutores tenemos en todo caso la obligación de escribir imaginariamente ese libro hablado, para recordar ese pedazo ineludible de la historia del radicalismo del departamento Uruguay y de la Provincia de Entre Ríos que fue Moninga. Difícil porque podríamos decir muchas cosas de Moninga, pero me temo que al exaltar algún aspecto de su personalidad, releguemos otros. Por diferencias generacionales, otros lo recordarán mejor en sus inicios en la militancia, o aún en el apogeo de su actividad política. Como correligionario y como amigo, me permito recordar, en esta hora de dolor, algunos de los gestos que jalonaron su trayectoria; no porque él lo necesite, sino porque nosotros lo necesitamos. Cuando las dificultades del momento parecen agigantarse, cuando tendemos a creer que la complejidad y la gravedad de la crisis no registran antecedentes, vale la pena detenerse brevemente a reflexionar acerca de las dificultades que le tocó enfrentar a Moninga a lo largo de su extensa trayectoria política. Y tratar de no sentir vergüenza al medir nuestras conductas con el ejemplo de perseverancia y entrega que él nos dejó durante tantos años. Sin esa perseverancia, casi obsesiva, de él y de tantos otros como Moninga a lo largo y a lo ancho del país, el radicalismo habría dejado de existir hace tiempo. Y el otro aspecto que me permito rescatar, respetuosamente, sabiendo que dejo en el tintero cosas importantes que otros recordarán con más autoridad, es la generosidad y el desprendimiento. Cuando todavía su liderazgo genuino le permitía aspirar con absoluta legitimidad a mayores honores y responsabilidades, Moninga tuvo la grandeza, reclamada por muchos e imitada por pocos, de dar un paso al costado, de abandonar las expectativas por candidaturas y cargos públicos. Sin que ello signifique por eso irse a su casa; sino todo lo contrario. Volvió al partido a la trinchera de los militantes. Volvió a marcarnos el camino, a su manera, sincero, recto y franco como había sido toda su vida. Dicen que la muerte nos viene a buscar con una sonrisa, y que sólo nos queda devolvérsela. Seguramente Moninga se fue de este mundo con esa sonrisa contagiosa que en el recuerdo de sus anécdotas nos hará reír tantas veces. Si existe un Cielo, Moninga debe estar contento. Estará reencontrándose con seres queridos y con amigos entrañables. Estará charlando con Don Ricardo Balbín después de tanto tiempo; quizás le esté contando mañana a Hipólito Yrigoyen como lloraba desconsolada su madre el día de su muerte. Una de las mejores maneras que tenemos los radicales de honrar la memoria de Moninga es asumir un compromiso inquebrantable de seguir luchando incansablemente por esas banderas de Yrigoyen y Balbín que sostuvo con lealtad y principismo durante tantos años. Moninga, tus correligionarios te deseamos que descanse en paz.
FRAGMENTO DE LA NOTA NECROLÓGICA PUBLICADA EN EL DIARIO LA CALLE AL DAR LA NOTICIA DE SU MUERTE:
Fué un incansable trabajador,que jamás conoció el reposo y hasta sus últimos días,ya retirado de su profesión,concurría diariamente a su estudio,a la vez que atendía su actividad agropecuaria, reconociendoselé a su turno en ambas actividades gran solvencia y conocimiento.- En el campo empresario integró la dirección de innumerables empresas como "Lusera SA","Super SA","Frigorífico Itapé","Banco Agrícola e Inmobiliario de Uruguay","Banco Unido del Litoral SA","Banco Comercial del Norte SA","Banco Español SA","Sociedad Coop.de Arroceros D.F.Sarmiento Ltda.",entre otras,teniendo participación activa en el Consejo Asesor del INTA.- La actividad agropecuaria fué para él una gran pasión durante toda su vida.Fué un pionero de la avicultura y,ni bién abandonó su profesión,se volcó de lleno a la actividad agrícola-ganadera en su establecimiento "Boina Blanca", ubicado en la localidad de Santa Anita,puntal de prácticas innovadoras en manejo de pasturas o técnicas agrícolas.- Asociado con el campo,no podía ser sino la práctica del polo la que atrajo su condición de consumado jinete en sus años mozos, integrando el celebre "Itapé Polo Club" ,cuyos reiterados éxitos deportivos eran siempre objeto de sus charlas y anécdotas y motivo de recuerdo de sus amigos desaparecidos.- Pero la actividad política,heredada de sus mayores y luego transmitida a sus hijos,fué la pasión de su vida."Político de raza" podría expresarse para definir su personalidad.Adhirió a la Unión Cívica Radical desde su adolescencia,fué militante universitario, presidió el bloque de concejales de ésta ciudad durante el gobierno de Arturo Illia y fué electo Diputado Nacional en el período 1983 a 1987. Fue en reiterados períodos Presidente del Comite Departamental de la Unión Cívica Radical, miembro del Comité Pcial., Delegado al Comité y a la Convención Nacional del mismo partido.Fué candidato a gobernador en el año 1973, precandidato a vice en el año 1987 y a senador nacional. A sus postulaciones,el Departamento Uruguay respondió electoralmente siempre conforme a la gravitación de su enorme prestigio. Mantuvo entrañable amistad con importantes figuras del radicalismo Provincial como Fermín Garay,Carlos Perette,Sergio Montiel,Carlos Contín, entre otros. Era conocida su amistad con Ricardo Balbín,que en mérito a su efecto por Moninga iniciaba en ésta ciudad sus campañas nacionales, con Arturo Illia, con Antonio Troccoli,con Juan Carlos Pugliese,con Fernando De la Rua, que fueron visitas permanentes en su domicilio y compañeros en sus interminables campañas. La oposición frontal y valiente al peronismo en los años 40 y 50 y contra la dictadura y la proscripción en los 60 y 70 lo tuvo entre sus abanderados mas decididos y frontales. Aún así,por la lealtal de su lucha y por el desprendimiento y nobleza de sus acciones contó siempre con el respeto de sus adversarios y esa condición lo convirtió en indiscutido convocante de la multipartidaria que arrancó la salida democrática a la última dictadura. En el plano interno y por tradición familiar fué siempre Yrigoyenista, adhirió al Balbinismo y presidió durante muchos años la conducción provincial de "Linea Nacional". Fué ferreo opositor al pacto de Olivos y a la intervención del Radicalismo Provincial.- Su capacidad,su pasión, su persistencia en la lucha y,sobre todo, su desinterés, le granjearon enorme respeto dentro y fuera de su partido y mas allá de su provincia.Sus recursos y sus esfuerzos estuvieron siempre a disposición de su partido y, en sus últimos años, alejado de las postulaciones pero activo en su militancia, rehusó para permitir el paso a nuevas generaciones la postulación a senador nacional que le ofrecía su partido y, después, a ejercer cualquier de los cargos en el último gobierno radical que, por derecho, representatividad, gratitud y afecto, se pusieron a su disposición.- Tal vez porque la gente destacó su desinterés y renunciamiento, su desprendimiento y su lirismo, por sobre la apetencias que de muchos hoy se censura, la consecuencia con sus ideas a lo largo de toda su vida, la humildad de sus costumbres por sobre las prebendas a las que podría haber aspirado, la entrega material y física a su trabajo y a la militancia hasta los últimos días de su vida, "Moninga",como era nombrado afectuosamente desde los ranchos mas humildes hasta en los círculos mas encumbrados, deja a su muerte a su familia,a su partido,y al Pueblo de su Departamento una verdadera referencia forjada en su paso ejemplar por la vida.-
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